Tropezamos en la playa, tú, a tus cosas y yo, a las mías.
- ¡Perdona!
- ¡Perdona tú!
Nos miramos, sonreímos, cuando nos separamos sentí una especie de alegría.
Durante toda esa semana te soñaba cada instante. Cuando volvimos a vernos, yo supe que me buscabas y tú que me encontrarías. Llegaste a mi lado, nos cogimos de la mano, sin decir una palabra, y caminamos un rato. Nos sentamos en la arena, me contaste, te conté. Desde entonces, yo soy tuya, tú eres mío.
- ¡Perdona!
- ¡Perdona tú!
Nos miramos, sonreímos, cuando nos separamos sentí una especie de alegría.
Durante toda esa semana te soñaba cada instante. Cuando volvimos a vernos, yo supe que me buscabas y tú que me encontrarías. Llegaste a mi lado, nos cogimos de la mano, sin decir una palabra, y caminamos un rato. Nos sentamos en la arena, me contaste, te conté. Desde entonces, yo soy tuya, tú eres mío.
La luna, cara redonda, parece que sonreía.
1 comentario:
Bonito microrelato. Besos Conchi.
Publicar un comentario