martes, 18 de mayo de 2010

Desamor

Dijiste, cuánto te quiero, mi amor,
y ella te idolatró.
Te quiero, dijiste luego
y, ausente, te sonrió.
Dijiste, te quiero aún,
y ella ya ni te escuchó.
¿Que el tiempo todo lo cura?
Sí, pero lo mata también. 


Le dijiste que la amabas
y ella, tonta, lo creyó.
La abandonaste un día 
y aún sufre por tu traición.
Mirando tras los visillos,
ve dos niños en la plaza,
y piensa, ¿si fueran míos?
¡Ay, qué alegría tan grande!



Abrió la puerta de la azotea,
sólo vio desolación.
Las liñas de la ropa, herrumbrientas;
las trabas, rotas y caídas.
En el suelo agrietado por la intemperie,
crecía la hierba
¿Qué otra cosa esperaba encontrar?
¡Habían pasado diez años desde aquel beso!

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