lunes, 11 de marzo de 2013

Familia


En mi familia existen varias de esas frases que son sólo de uso interno, que nadie más que nuestro clan sabe lo que quieren decir. Por ejemplo, hace mucho tiempo, siendo estudiante de magisterio una de nosotras, muy guapita por cierto, dijo en clase de geografía a su profesor que no tenía Atlas. El profesor, solicito él, le recomendó que al terminar la clase se quedara un momento que le prestaría uno, ella, ingenua y tímida como correspondía a ese tiempo y a su edad, se esperó, entonces él, mientras extendía el Atlas y le explicaba algo, intentó besarla y la niña salió corriendo. Desde entonces cuando alguien intenta extralimitarse decimos que “quiso prestarnos un Atlas”, así lo podemos decir delante de quien sea, aunque después en familia queramos enterarnos con todo detalle de qué tan grande era el atlas y de quién había sido el profesor.
A mi nieto mayor cuando era chiquitito, le gustaba morder el canto de los libros de cuentos, mi hija le reprendía diciéndole: “No seas malo, los papeles no se comen” Y no sabemos cómo, ni de qué manera, llegó a la conclusión de que malo y feo eran sinónimos y cuando algo no le gustaba decía “mami ese come papeles” y así, si cualquiera de nosotros ve algo que nos parece feo, decimos que “come papeles” y si ya fuera feísimo lo ampliamos y decimos que “come cartones”.
Mi madre, cuando no se encontraba bien, pero tampoco tan mal como para poner nombre y apellido a sus dolencias, decía “hoy estoy de poco”. Esa frase la aplicamos a cualquier cosa, podemos estar de poco en cuestión de ánimo, de dinero, de humor, de amores…
Ya ampliando, hay en nuestro entorno muchas de esas frases que con pocas palabras explican mucho, como por ejemplo, “estar más enredado que una seifia en un trasmallo” se dice cuando alguien, enamorado a ultranza, no atiende a consejos ni a razones de quienes quieren hacerle ver que por uno o muchos motivos no se debe dejar llevar por los mandatos de su corazón.
Con “pasar de silla pa albarda”, queremos decir que por motivos de casamiento o reveses de fortuna, empeora la situación económica.
Si dicen de nosotras que “esa a donde no va, manda recao” están diciendo que somos unas criticonas de mucho cuidado, que querríamos estar en todos sitios a la vez para enterarnos de todo.
Si dicen que a alguien pronto “la van a dejar haciendo el queso” es que saben que su pareja la va a abandonar, así que vaya preparando el matalotaje, y en los tiempos que corren buscándose un buen abogado.
O sea, que como decía Manolo Vieira de aquellas vecinas que sin decir palabra sólo a base de mímica y exclamaciones: “¡Jesús!, ¡Si, si!, ¡Por Dios!, ¡Y el pobre mario embarcao!”, le colocaban al pobre mario tremenda cornamenta. Con frases de esas y sin más explicaciones podemos decir lo que queramos sin que nadie se entere, aunque, no lo aconsejo porque yo soy de las que disfrutan más hablando que respirando. 

1 comentario:

pancho dijo...

Mire ésta, doña Concha, a ver que le parece:
"Cuando las mujeres son señoras, los hombres no tienen más remedio que ser caballeros"
Es frase de otra época, pero me gustó mucho cuando la oí. Saludos ¡y siga palante, cristiana!