martes, 20 de octubre de 2009

¿Matrimonio sin chispa o divorcio?

Vaya por delante que estas opiniones no se refieren a esos matrimonios horribles en los que median los malos tratos, y que claro está hay que terminar.

Unos amigos míos, tras veinte años de matrimonio, van a divorciarse “civilizadamente”. Me molesta más eso de separación “civilizada” que la separación en sí. Él dice que ya son más hermanos que esposos, ella que no hay chispa. Siento pena porque los perderé. Los amigos comunes ya, no lo serán de ninguno de los dos, ya no nos reiremos con los chistes de él, ni ella nos entretendrá con su obsesión por comprar y comprar.

Comienzan una nueva vida, pero, ¿qué vida? Cambian los problemas por otros; custodia de los hijos, peleas por las propiedades, sentimientos de fracaso, culpabilidad y sobre todo, soledad. ¿Quién dijo que el matrimonio sería una fiesta a la luz de la luna? Tampoco lo es nuestro trabajo y no queremos perderlo.

Las novelas románticas terminan en el matrimonio, nadie nos cuenta lo que pasa después. Mis amigos seguirían juntos, si se hubieran detenido a pensar todo lo que perdían y que de todas maneras el cónyuge perfecto no existe.

Es necesario reeducar a las parejas para la segunda parte de la vida, que vean que los objetivos de la primera etapa del matrimonio; conquistas amorosas, posición social… no son los que se deben perseguir ahora. Hay algo muy triste en el hecho de que dos personas que se han querido y apoyado durante muchos años se separen.

Soy adulta, tengo responsabilidades, soy parte importante de un matrimonio y sigo ahí, a veces peleando, a veces transigiendo y otras disfrutando. Creo que hay destinos peores que vivir amorosa, paciente y aburridamente junto a tu compañero de toda la vida a quien juraste lealtad y al que te uniste con libertad siendo los dos adultos.

1 comentario:

Moisés Morán dijo...

Todo cambia, y ya la gente no está por aguantar. ¿Te vienes el sábado 24 a la reunión de mi casa para hablar de la asociación?