lunes, 1 de diciembre de 2008

El que las quiera que las compre

Conocer a una mujer es una difícil tarea. No es imposible, pero casi. Por ejemplo, si una mujer dice “no” es muy posible, casi seguro que quiere decir “si”. Si te dice que está gorda no se te ocurra de ninguna manera admitirlo, hay cosas que solo las pueden afirmar ellas. Cosas del tipo …“mi hermana es una antipática, este vestido no me favorece, que gorda estoy”…. Disimula. Haz como que no has oído nada, porque digas lo que digas habrás errado.
Antes, cuando te pedían permiso para besarte, estabas obligada por normas de educación familiar a decir que no. Pero eso no quería decir, de ninguna manera, que te negaras a recibir la tan ansiada caricia. Quería decir por ejemplo, …”insiste un poco más, róbamelo, no tienes por que tomar mis palabras al pie de la letra” …, cualquier cosa menos no.
Desconfía si te dicen “quiero que me des tu más sincera opinión”… Cuando una mujer dice eso es que ella ya ha formado la suya propia y cualquier respuesta contraria a su forma de pensar le dará un gran disgusto.
Otra de las cosas que tienen que tener en cuenta los hombres es cuando sus esposas o novias les dicen: …”Este año, que los Reyes no me dejen nada porque hemos tenido muchos gastos, prométemelo”… Prométeselo pero por nada del mundo dejes de comprarle un buen regalo, porque éste es uno de los casos más flagrantes de que dicen “No” pero quieren decir “Si”, y tu tienes que ser lo suficientemente sagaz como para entenderla. De lo contrario el rencor le durará meses. ¡Ah! Y si protesta de dientes afuera, no se te ocurra decirle que te costó baratísimo, porque todas las mujeres adoramos las rebajas, pero no la noche de Reyes junto a nuestros zapatos y con nuestro nombre.
Ellos son más simples. Dicen si o no cuando procede. Cuidado, no estoy poniendo mal al sexo femenino, ni por tontos a los hombres. A igual coeficiente de inteligencia nosotras somos más listas, más espabiladas, las cogemos todas al vuelo.
Por otro lado, no mandes jamás a un hombre a buscar algo. No lo encontrará aunque lo tenga delante de las narices, y nunca, ni por encima de su cadáver, reconocerá que no lo encuentra, dirá una y mil veces que no está. Sea el objeto buscado del tamaño de una pelota de tenis o de un televisor. No se que pasará por sus mentes pero encontrar no encuentran nada, creo que va en su genética.
Pero detalles aparte, hay que ver lo bien que nos complementamos…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como me gustaría que Carla pudiese leer y comprender (como casi ya lo hace Paula) todo lo que escribes y poder verle la cara de satisfacción por tener una "super abuela" como la que tiene.
Te quiero Conchi.
Eva