lunes, 1 de diciembre de 2014

El encargo

Después de pasar varias noches sin dormir, y cada vez más confundido, y más desesperado, Luis Martinón se decidió. Se dirigió al aula donde impartía clases un conocido escritor de novelas policíacas, en el asiento trasero de su coche llevaba la última de ellas “La Última Tumba”. El escritor lo recibió un poco extrañado pues Luis Martinón era conocido por todos los canarios pero no personalmente. ¿”Usted dirá que necesita de mi”?. El visitante nervioso, pidió un vaso de agua y un poco de tiempo, carraspeó y luego dijo que quería hacerle un encargo. “Mi mujer me es infiel” – soltó a bocajarro ¿ Y piensa usted que yo soy su rival?. Luis lo negó varias veces, “ No, no, espere, déjeme que le explique lo que me trajo hasta aquí, quiero que me escriba un relato donde me de ideas de lo que debo hacer para acabar con los dos, y que nadie sospeche de mí, y mucho menos mi suegro que adora a su hija y además es el dueño de las perras y de los hoteles del Sur”. Le pagare muy bien, pero muy bien, como adelanto aquí tiene las llaves de uno de los mejores chalets de Maspalomas, yo cargaré con todos los gastos que genere, y a partir de ahora todos los días serán día de reyes para usted y los suyos. A usted le será muy fácil imaginarse una trama, lo hace cada día, cree para mí una coartada, una forma de quitarlos de en medio, seguiré sus pasos al pie de la letra, nadie lo sabrá, me va en ello mi vida y la herencia que por otra parte, tengo bien ganada solo por aguantar a ese cabrón y su pajolera hija durante quince años.