lunes, 13 de octubre de 2008

Relato circular

Salió a la calle dando un portazo. Que su niña se empeñara en irse a vivir con un hombre diez años mayor que ella y, sin que mediara ninguna ceremonia religiosa, eso era inconcebible.
La madre, como siempre, lo veía todo lógico y normal: “Hombre, los tiempos no son lo que eran…”
“¡No, no y no, por ahí no paso, si mi madre levantara la cabeza...! ¡Mi hija amancebada...!”
“¡Por Dios, Luis! ¡Que no somos contemporáneos del Cid! El tiempo ha pasado, las costumbres son otras y la moral, la moral es de cada cual. Es su vida, déjalos que hagan lo que ellos quieran”.
Tozudo él, la hija cariñosa y complaciente, el novio muy enamorado, dispuesto a complacerle en todo, por encima de sus condiciones.
Hubo boda.
Salió a la calle dando un portazo pero ahora sonriendo feliz.

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